sábado, 25 de diciembre de 2010

Ceño fruncido

Debo sonreír a voluntad. Evito los lugares donde hay mucha gente. Me agarra el sueño y la fiaca en cualquier lugar y lo único que puedo hacer es tirarme a cerrar los ojos y pensar, imaginar, y dormir. Juro que todo es involuntario. Intento pero me ganan el juego.
Esto es un resumen de los últimos días de mi vida. Cuando uno ya intenta olvidar. Por más culpable que haya sido y lo asuma, intento olvidar.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cambiar de vida

¿Cuál es el peso de las decisiones? ¿Como se hace para largar todo lo que nos hace depender y no desprendernos de la actual vida, para hacer algo que uno quiera más?
A medida que pasaron los años, los artículos de revista fueron apuntando a temas que tratan el "estres", "ritmo de vida acelerado", "pesimismo", "depresiones". ¿Que nos pasa?
La pregunta tiene respuesta, no concreta, pero uno puede entender de que hablo cuando digo "globalizacón". No tengo la más pálida idea de cuantas personas en el mundo dependen de su trabajo en una empresa. Pero son muchas. Hoy por hoy, en mi país, en la clase media es constante ver que hombre y mujer de la casa, trabajan para mantener la familia, con un sueldo no alcanza muchas veces. A esto sumemosle llegar a casa y mantenerla en estado. Es normal ya ver al hombre de la casa cocinando, cuidando de los chicos, compartiendo las tareas con las mujeres ya que estas están insertas en el mundo laboral actualmente.
Todo esto nos ata cada vez más a lo seguro, a lo que tenemos hoy y no podemos dejar.
No es lo ideal para el alma.
Que es lo que uno quisiera hacer y no se anima porque tiene que soltar todo lo que tiene agarrado y lo tiene agarrado?

SHALOM

lunes, 13 de diciembre de 2010

Que de pavadas

Es la historia, lo que a uno le marca el camino. Cada paso por dar, cada decisión que tomar. Incluso, cuando se habla de amor.
Ese tema universal y arcaico, idealista, que ni Marx, ni Hitler, ni el Che, sumando todas sus pasiones doctrinales, y hasta enfermizas, pueden generar más imaginaciones que el amor.
A tal punto llega esto, que podemos tener una relación de las mil maravillas, de 200 historias apasionadas que recordar a cada momento, infinitudes de planes románticos para decorar una vida que a veces parece, redundantemente, el decorado de algo que tenemos esperando morir.
Resulta que en un abrir y cerrar de ojos, UN MINUTO siquiera, creo que fue menos, todo ese mundo de romanticismo se termina. De golpe y porrazo dirían las frases hechas.
Comienzan días tenebrosos para el alma, en que la tristeza, los recuerdos, la congoja, ataca constantemente, y el cerebro se amilana, nos atamos un yunque en la espalda y cada acción cuesta un pedazo de nosotros grande, como si de dejar un brazo se tratase. Estoy hablando del desamor. De cuando ya no está. De los momentos que nos agarrotan la garganta y en el pecho parece que los pulmones se nos achican y nos comprimen por dentro. Parece que nos quedamos sin saliva, que tragamos como si en eso se nos fuera el malestar, como si lo tragasemos como comida y desapareciese. Pero no es así.
El dolor sigue y, a sabiendas, en las miserias es cuando nos inspiramos. Las musas llegan y las invitamos a pasar. Más aún, pasan sin golpear. Se sientan, se paran, corren, gritan frases celebres. Y para uno, escritor novato que encuentra manera de descargar tensiones, eso es el maná.
Resulta que se combina la inspiración mencionada con el desamor, y se nos ablanda el corazón y creemos que de amor vivimos y no hay que enredar los brazos delante del pecho, que hay que salir a la calle, hay que subirse al ring. Y estamos en el 2010, y no nos olvidemos que hasta el amor se ha modernizado...
Como conclusión uno culmina las vivencias echando mano al telefono móvil, al celular, para escribir apasionadamente un mensaje de texto esperanzador, enamorador, encantador, dejando el alma en esas palabras, tratando de tocar fibras nerviosas, de acelerarle el corazón a la otra persona, de llenarle el pecho de amor correspondido, tratando de volver a conquistarla..
Pero he aquí la falla de la trama. El protagonista de la historia, el inspirado y enamorado actor, se olvida de algo. Ningún objeto en la casa de nadie, ninguna tarea sin realizar el día anterior. Se olvida que la otra persona no se encuentra amilanada, sensible ni congojada. Es más, seguramente se encontrará durmiendo y puede que ocurra que o no se perciba de la llegada de un mensaje de texto por el sueño profundo, o bien despierte, y con las neuronas estirandose y con fiaca, no muy conectadas, no se pasen las palabras ni las emociones que estas llevan.
Como conclusión, uno termina dandose cuenta que tan poco útil fue realizar ese acto. Que para pavadas estan otras cosas y con el amor no se jode. Se disfruta. O lo hacemos en serio, o no lo hacemos. Eso de andar mandando mensajes sensibles para recomponer una relación es mucho menos que un acto de cobardía.

The Fin of catarsis.

CARPE DIEM

domingo, 12 de diciembre de 2010

Cartas de amor

"..Ando como sonámbulo, con el corazón en tu casa, en tu pecho. No sirvo para casi nada pero menos para que sufras.""..Estoy de nuevo como en Capri desesperado por dentro. Solo que aquí no tengo cerca de mí lo que más quiero en el mundo, tu boca y tu cuerpo, vida mía.."

Pablo Neruda.

Para los momentos en que uno es encuentra con el corazón blando..

CARPE DIEM!